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Paz con Dios, prosperidad para el hombre.

Paz con Dios, prosperidad para el hombre.
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Esta es una columna que tuve la oportunidad de compartir en el periódico evangélico La Palabra acerca de la prosperidad. ¿Cuál es la dimensión práctica de esta verdad para los creyentes? Invitados a leer.

Latinoamérica, una búsqueda constante de respuestas.

Las sociedades latinoamericanas han ido transformándose por la búsqueda del progreso, y los valores que apuntan a vivir en sociedades que enfrenten los retos económicos, políticos, y sociales de sus habitantes para garantizar un estilo de vida digno para todos. Al menos estos son los ideales que han propuesto utopías y proyectos sociales que lleven a los países a superar la etiqueta de “en vías de desarrollo” en donde están estancados desde hace décadas.

La época posguerra deja un saldo negativo por las acciones más oscuras que el corazón del ser humano pueda imaginar: desarraigo, hambre, pobreza. En resumen, muerte. Quienes han enfrentado la guerra son evidencia de la urgencia de la manifestación del reino de Dios. Es urgente y evidente que en Guatemala se busque la consumación de la realidad de la paz de Dios hoy, no mañana. Y lo que esto implica en la vida de miles de guatemaltecos sumidos en la pobreza y la desesperanza.

El Shalom de Dios como la respuesta para los hombres.

La realidad del Shalom de Dios, la paz perfecta que se encuentra en toda la escritura es el mensaje del deseo de Dios para sus hijos, una paz que sobrepasa todo entendimiento, que abarca todas las facetas de la vida. Paz para con Dios, para con los hombres. Y el desarrollo integral de la familia, la economía, la salud física, emocional, y mental.

En Números (6:24-26), Dios instruye a Moisés para que bendiga a su pueblo con deseos de paz, salud, bienestar y prosperidad.

Esa clase de paz y prosperidad que lo llena todo, que es plena en Dios, que es completa. Esa paz y prosperidad que tanto Pablo como Juan desean a los primeros cristianos en las epístolas, esa prosperidad que se encuentra en la persona de Cristo comprendiendo que teniéndolo a Él, lo tenemos todo.

Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz.1

En Cristo encontramos plenitud, paz, y prosperidad.

Abandonemos los extremos de una visión futurista en la que la pobreza del hoy no importa por esperar una patria celestial, y el otro extremo en el que lo que importa es el éxito y la riqueza. Encontraremos a Cristo en quien tenemos abundante perdón según su Gracia, con el propósito de amar y servir.

Tengamos contentamiento en lo necesario, y abundemos en riqueza para amar y servir a nuestros hermanos, y hasta a nuestros enemigos, para encontrar la transformación que tanto anhelamos.

  1. Números 6:24-26 RVR1960 (Texto RV1960 bible.com) ↩︎
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